1/12/08

CONSTITUCIÓN: LA LUCHA CONTINUA


Treinta años, esos son los que por estas tierras disfrutamos de una Constitución que fue ratificada en votación por todos los que quisieron participar en su referéndum. No fue la primera. En el siglo XIX se aprobó una que no fue ni pensada ni escrita por todos los españoles. Me refiero a la del 6 de julio de 1808, conocida como de Bayona. Esta se fundamentaba en la imposición de las teorías francesas. Sin lugar a dudas un avance para algunos, los afrancesados y una imposición para otros. Luego, tenemos la de 1812 o de Cádiz. Siendo esta, la que da inicio a la serie de Constituciones españolas que hemos tenido hasta el día de hoy.

Como aspectos políticos, podemos señalar que el siglo XIX fue prolífico en formas para crear gobiernos estables, pero de resultados adversos.

Así llegamos, pasando por caminos históricos difíciles, hasta llegar a la Constitución de la 2ª República, que nos dio, una forma de entendernos en la vida diaria, gracias a una Ley muy avanzada y participativa. De su funcionamiento y final, hoy todavía parece atenazar nuestro presente reciente democrático.

A mi forma de entender, son los socialistas y las fuerzas de izquierdas las que auténticamente necesitan una Carta Magna, un marco legal donde poder moverse y es precisamente por ello, que los socialistas son los grandes defensores de esa Ley de leyes. Ahora bien, fuimos los que con los pactos, alumbramos una Constitución burguesa, siendo esta ideología la que más perdió, tanto en sus postulados como en lo programático, si entendemos el socialismo en lo universal.

Hoy, podemos decir que la Constitución es nuestra, que la tenemos que defender, y que sin ella no tendremos libertades. Luego ¡¡VIVA LA CONSTITUCIÓN!! Pero, todo esto no se queda aquí, porque de igual forma sabemos que eso solo es el marco por donde nos podemos mover. Pero nada más que eso, un marco. Consiguientemente si pretendemos conseguir algo, tendremos que seguir luchando cada día y si cabe con más entusiasmo y ahínco que nunca, con un solo fin, el de conseguir leyes, que reconozcan los derechos y libertades reales de todo los ciudadanos.

Precisamente en los últimos tiempos, más que nunca, nos podemos dar cuenta de las dificultades con que nos encontramos. Dígase en la lucha del trabajo, en las carencias sociales, en las dificultades de emancipación de los jóvenes, con los derechos de la mujer, las libertades religiosas, y como no con la aplicación de las leyes por los jueces. Caso mayúsculo es el hundimiento de parte del capitalismo, donde son los socialistas tienen que intervenir con la finalidad de encontrar una solución a la vez de dar una respuesta contundente y saber si en su afianzamiento futuro tendremos contrapartidas.

Como vemos, la Constitución es sinónimo de libertad, pero nunca soluciones definitivas. Por lo que la lucha es y será siempre permanente.

Por último, tengamos como final nuestras referencias, las escritas por ejemplo por Besteiro: “Evolución y revolución no son formas de actividad política y social que se excluyan, sino que se supone y complementan recíprocamente”.

En todo caso, parece claro que la lucha de clases es y no puede ser más que eso: lucha y, no confrontación.