3/1/11

ASUMIENDO NUESTRA HISTORIA


Podrían decir los académicos que las palabras no fallan y que en todo caso son aquellos que no comprenden todo lo que ellas nos expresan. Punto y aparte, digo yo, son si algunas de ellas no quieren decir todo lo que deberían. Eso nos pasa con el término socialismo. Hoy, tenemos por suerte un partido socialista en España que gobierna pero, debido a una situación de lucha que se da entre las ideas liberales y las ideas socialistas democráticas, éste como venimos viendo se ve abocado a realizar una política de restricción en el reparto para con los más desfavorecidos.

Esta situación llena de contradicciones, la de comprender y poner en marcha objetivos que mantengan y promocionen políticas a favor de los derechos civiles desde un democracia burguesa, dificulta el equilibrio entre sus ciudadanos, o al menos ese es el sentido que muchos damos a la situación política resultante. Acción/es que venimos llamando que debilitan nuestro Estado de Bienestar, algo que por estas tierras ni de lejos se ha conseguido, sobre todo cuando vemos el número de parados o las cargas a través de los impuesto que se van generando en la actualidad.

Pues bien, por estas y otras muchas más razones, algunos estamos reivindicando con determinación la afección izquierda socialista. Concepción de larga tradición integrada en el partido socialista. ¿Con que fin? Con la de expresar con claridad y sin prejuicios los principios de la igualdad que dieron pie al nacimiento del PSOE. ¿De qué forma? Utilizando la democracia formal que tenemos para defender los derechos de las clases más desfavorecidas, donde los trabajadores y, por descontado así dar salida a sus grandes necesidades de emancipación.

Así pues, ni renegamos ni creamos nada nuevo, más bien asumimos nuestra historia reconociendo las dificultades del momento que vivimos, pero incorporando otras soluciones que no necesariamente pasan por aceptar las obligaciones de los no elegidos, cual son los poderosos del mundo y sus instrumentos fuera del control democrático.