La historia nos dice que nunca los siglos comienzan con la fecha que determina el calendario y este siglo puede que tenga algo de esta anécdota. Podríamos poner como referencia, las conmemoraciones que se celebran, 10 años de la revolución Bolivariana en Venezuela, los 20 años de la caída del muro de Berlín, los 30 de la revolución islámica de Irán, los 40 de la revolución de Libia, los 50 del revolución de Cuba, los 60 de la revolución de China, los 70 de la derrota de la República de España y como referencia a la situación actual, los 80 años de la crisis de 1922.
El año que trascurre podría tener otra referencia, la búsqueda de otras formas de gobernar el capital. ¡PUES ESO ES DE LO QUE SE TRATA! ya que, una revolución la vemos un poco lejana.
Es desesperante ver como todos los Estados llamados democráticos quieren activar la economía, pero bajo métodos en donde el trabajador queda apresado por el capital, ya que el dinero lo dispone la banca, o bien retenido, o bien en paraísos fiscales. Y para que no pierda el negocio en estos momentos, los Estados y los organismos internacionales les acondicionan sus cajas, para luego a base de los préstamos mantener la mayor de las explotaciones posibles.
Así que, primero contribuimos con los impuestos con el fin de que la caja del Estado tenga saldo positivo. Luego la banca llena sus arcas a un bajo interés con el dinero del Estado para más tarde, empezar a prestarlo a un interés desmedido. Esto en la práctica lo que supone, es que nos mantendrá en un estado latente de una deuda desproporcionada.
Por lo tanto, deseamos que el Estado ponga su intervención más decidida por controlar los capitales, con unos impuestos más justos, por el control y desaparición de los paraísos fiscales, donde los especuladores retienen sus beneficios y por una regulación más efectiva del capital. Pero, lo que nos gustaría es una banca pública donde la gestión del capital tenga como fórmula el desarrollo de la economía productiva y no el sangrado de los trabajadores, de los autónomos y de los empresarios con honradez, desde donde el fin sea el desarrollo de la economía productiva, por la supervivencia de los trabajadores y el Estado.
El año que trascurre podría tener otra referencia, la búsqueda de otras formas de gobernar el capital. ¡PUES ESO ES DE LO QUE SE TRATA! ya que, una revolución la vemos un poco lejana.
Es desesperante ver como todos los Estados llamados democráticos quieren activar la economía, pero bajo métodos en donde el trabajador queda apresado por el capital, ya que el dinero lo dispone la banca, o bien retenido, o bien en paraísos fiscales. Y para que no pierda el negocio en estos momentos, los Estados y los organismos internacionales les acondicionan sus cajas, para luego a base de los préstamos mantener la mayor de las explotaciones posibles.
Así que, primero contribuimos con los impuestos con el fin de que la caja del Estado tenga saldo positivo. Luego la banca llena sus arcas a un bajo interés con el dinero del Estado para más tarde, empezar a prestarlo a un interés desmedido. Esto en la práctica lo que supone, es que nos mantendrá en un estado latente de una deuda desproporcionada.
Por lo tanto, deseamos que el Estado ponga su intervención más decidida por controlar los capitales, con unos impuestos más justos, por el control y desaparición de los paraísos fiscales, donde los especuladores retienen sus beneficios y por una regulación más efectiva del capital. Pero, lo que nos gustaría es una banca pública donde la gestión del capital tenga como fórmula el desarrollo de la economía productiva y no el sangrado de los trabajadores, de los autónomos y de los empresarios con honradez, desde donde el fin sea el desarrollo de la economía productiva, por la supervivencia de los trabajadores y el Estado.
Veremos si todo se quedará colgado entre líneas de Internet pero, por supuesto que algo cercano se tendría que crear en este año, en donde sus números tienen una simetría hist
